jueves, 7 de septiembre de 2017

Recuerdos de un excursionista

Recuerdos de un excursionista

Puesta_de_sol

Una vieja historia se movía por su mente. Muchas veces se quedaba guardada en el rincón más profundo, y pasaban meses o incluso años, sin volver a recordarla. Otras, repicaba en su consciencia, como las campanadas del medio día, y huir de ella no podía…

En realidad no es que quisiese olvidarla, pues formaba parte de su vida. Pero los recuerdos que esta historia le traían, le inquietaban y no conseguía ubicar, en que parte dejaban de ser realidad, para convertirse en ficción y viceversa.

Como tantas veces lo habían hecho, salieron de aquella pequeña estación de Monistrol de Montserrat una tarde de sábado, cargados con sus mochilas para pasar un fin de semana en aquella “mágica montaña”. Montserrat, con sus peculiares características, siempre resultaba muy especial, y las noches en ella, durmiendo al raso de un inmenso cielo de estrellas ¡Mágica! Las excursiones junto a sus amigos, eran algo habitual, pues atrapados por tanta belleza, solían ir cada fin de semana.

Ese día subían, por una ladera de pendiente muy pronunciada, siguiendo un camino, cuyo nombre ya era un indicador de la dificultad –Canal de la Luz– es una vaguada en canal que discurre entre dos crestas rocosas, orientada al Este. Debido al fuerte desnivel, desde allí se dominaba todo el valle surcado por el rio Llobregat y las montañas situadas al frente – el parque natural de la Serra y el Obac - sin que nada, te privase de una fantástica visión.

Serían sobre las Once de una noche de primavera, a medio camino de todo el recorrido y bastante agotados por la difícil ascensión. Al ocultarse el sol, hacia que se refrescase mucho el ambiente y los cinco amigos decidieron parar, para descansar, abrigarse y comer un poco. Al rato, sentado sobre una piedra y oteando el horizonte, algo llamó la atención de aquel excursionista de quien les narro.

Una luna inmensa y de color rojizo, como nunca antes había visto, comenzó a surgir por el fondo de las montañas del frente. Desde donde ellos estaban situados, habría unos 10 ó 15 kilómetros en línea recta, y el disco que ocupaba esa “luna” completamente redonda, sería de unos 50 centímetros, más o menos… Comenzó a subir muy lentamente sobre el horizonte, y el excursionista extrañado, alertó a sus amigos de aquella fantástica visión. Todos se quedaron ensimismados, mirando lo que pensaban que era, una gigantesca Luna que empezaba a surgir por el horizonte de las montañas que tenían al frente…

Continuo subiendo muy lentamente, y al observarla con más detalle, se dieron cuenta de que no salida del horizonte, sino justo del frente de las montañas y ocultando las que estaban por detrás del objeto… Cosa que creó mucha confusión y dudas entre aquellos sorprendidos excursionistas.

Sobrepasó la perspectiva en altura de aquellas montañas, y se situó sobre el horizonte, mostrando un enorme disco completamente redondo, como hasta entonces en la ascensión había conservado. En unos instantes se colocó “plano” como si fuese una raya de luz en el horizonte y salió disparado como una bala en un ángulo recto, siguiendo la dirección Este, perdiéndose de vista en el cielo en escasos segundos…

Se hizo un profundo silencio entre los que observaban aquel extraño fenómeno, nadie comento nada, nadie respiraba… cargaron nuevamente con la mochila y continuaron la marcha, para llegar al lugar donde habían decidido ir a pasar la noche. Supongo que los pensamientos internos y la imaginación volaban… Mientras continuaban con la dificultosa ascensión en el último y más difícil tramo.

Al llegar al alto de la collada, serían sobre la Una de la madrugada, se divisaba la otra vertiente de la montaña y el valle del otro lado en la cara Oeste.

El cielo mostraba en ese momento, una hermosa Luna llena y blanca alzada en el horizonte, sorprendidos nuevamente, todos exclamaron al unísono: ¡La Luna está allí!

Se volvió a hacer un profundo silencio entre ellos… Se dispusieron para dormir al raso en sus sacos de montaña, y ya nunca comentaron más nada…

Aseguraría, que la sorpresa recibida y la impresión causada por aquel extraño fenómeno, fue tan grande, que nadie se atrevió nunca, a contarlo ni comentarlo para no ser cuestionado…

Pero este “excursionista poeta” que ahora les narra ¡Quedó marcado!

Castellet

No hay comentarios:

Publicar un comentario