
Qué lejos se quedaron esos días de penas y temidas añoranzas, con sueños de lejanas lontananzas donde acuerdos de amor tú predecías.
¡Qué lejos se quedaron esos días! Donde cielos ajenos a mis fuerzas fueron el lugar donde ahora danzas… Siempre en la vida... ¡Penas y alegrías!
Llegó para sanarme un nuevo amor y se instaló en el fondo de mi alma... Del corazón nació ¡como hermosa flor!
Y yo la que quiero y riego con primor. Por eso ya no sufro al recordarte. Su caricia bastó para sanarme...
Castellet 07/11/10
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