jueves, 31 de agosto de 2017

Bolets de Primavera


Estamos todos pendientes ya de las lluvias, de las temperaturas y de las Lunas…
Yo personalmente, no había ido casi nunca a buscar bolets en primavera, solo eventualmente algunas múrgulas, aunque este año pasado no encontré ninguna.
A mediados de junio, un día que fuimos a ver si había ceps por alta montaña, nos paramos en un prado que rezumaba agua por todos los lados, aunque hacia muchos días que no llovía. Allí llenamos tres cestas de carreretas, era el único lugar en que había y yo era la primera vez que las cogía…
Pero es cierto que justo acabada la temporada de setas, los aficionados ya estamos pensando en salir de nuevo al monte con la excusa de buscar y encontrar algunas setas…
Los bolets de primavera aparecen de forma contraria a como lo hacen en otoño. Por tanto empiezan a salir en la costa, continúan en la alta montaña y terminan nuevamente en la cosa. Siempre dependiendo claro de las temperaturas, las lluvias.

Uno de lo que puede aparecer primero, sería el
Marçot (Hygrophorus-marzuolus)

El sombrero es convexo y carnoso, de 10 a 15 cm. de diámetro y color blanquecino de joven, algo más grisáceo con el tiempo. El pie es robusto y blanco o tonalidades gris. La carne es blanca y compacta de olor suave y sabor dulce. Las láminas están bastante separadas y son gruesas, también blancas y con tonos grisáceos cuando es adulta.
Normalmente puede empezar a salir a primeros de marzo en zonas del Montseny en los bosques planifolios y hasta el mes de junio en las pinedas de alta montaña.
Necesita de unas condiciones muy especiales, por lo que es una seta bastante difícil de encontrar y crece en muy pocas zonas, frecuentemente tapado por el musgo, las hojas e incluso por la nieve.

También entre los que podríamos encontrar desde finales de febrero en cotas bajas, sería la
Múrgula (Morchella)

Sus hábitats son múltiples, aunque también es una especie que no crece en abundancia, por lo que es difícil de encontrar. Suele aparecen en bosques que se han quemado un año o dos antes, en tierras removidas o donde hayan desforestado y arrastrado los arboles la temporada anterior. Podemos encontrarla también en bosques de ribera y antiguas plazas carboneras.
Es una seta muy apreciada, aunque tóxica en crudo, debe cocerse para poder ser consumida sin problemas.
Citas:
Pel març la múrgula sota l'arç
Per Sant Josep la múrgula treu el bec.

Una seta que también suele aparecer en primavera si las lluvias acompañan.
Pollancró (Cyclocybe cylindracea)

El sombrero mide de 2 a 10 cm de diámetro, primero semiesférico y marrón oscuro y más adelante aplanado y blanquecino. Las láminas son al principio de color blanquecino y después se oscurecen y toman un color tabaco con olor a fruta. El pie es largo y esbelto de hasta 15 cm de longitud de color blanquecino o parduzco. Está provisto de un anillo membranoso. Las esporas son de color ocre o tabaco.
Aparece en fructificaciones agregadas o cespitosas en "ramos" abundantes y apretados. Son saprófitos de árboles, preferiblemente caducifolios, en especial de los chopos y olmos. Aparecen en cualquier estación si la temperatura y la humedad son las indicadas.

Otra de las setas de primavera por excelencia es el
Moixernó (Calocybe-gambosa).

Llamado también “bolet de Sant Jordi” como indicación de las fechas en que suele aparecer.
Presenta un sombrero carnoso de 4 a 15 cm de diámetro de color blanco o crema y superficie lisa y mate. El margen está muy enrollado cuando es joven, abriéndose más tarde. Las láminas son apretadas, estrechas y escotadas, de color blanco. El pie es robusto y del color de las láminas.
Tiene un fuerte olor a harina fresca y es bastante apreciado entre los boletaires, aunque tampoco crece en abundancia. Suele preferir los prados de montaña ricos en materia orgánica.

Carreretas o Camasecs (Marasmius oreades)

Son también setas de primavera, aunque si se dan las condiciones, se pueden ir alargando en la temporada. Suelen aparecer en los prados herbosos y junto a los caminos, creciendo en forma de Erol o Círculo de forma similar a los anteriores, pero con una diferencia, los moixernóns agostan la hierba y las carreretas hacen que la hierba crezca con mayor esplendor.
Son setas con escaso valor culinario por su poca consistencia, pero apreciadas por su aroma y porque se pueden desecar con facilidad para su conservación y posterior consumo.

Agaricus arvensis

En ocasiones puede llegar a medir hasta 25 cm de diámetro. Liso o finamente escamado, sobre todo en el margen, de color blanco pero amarilleando tanto al contacto como cuando envejece, incluso adoptando al final tonos ocres. Su cutícula es separable.
Sus láminas poseen un color blanquecino en ejemplares jóvenes, pasando a rosa y a marrón chocolate en fases adultas. Libres y densas, irregulares en su disposición, más bien anchas.
Su pie es cilíndrico, grueso y macizo, engrosado hacia la base. Posee un anillo grande, doble y dentado. Su carne es consistente, blanca, aunque amarillea al rozarla… Su sabor es suave, como a frutos secos y su olor es anisado cuando se recolecta. Aparece en primavera o en otoño en praderas, pastizales, parques, bordes de caminos. A menudo numerosos, formando corros de brujas.


Posteriormente a los citados anteriormente, pueden ir apareciendo en los bosques, setas ya más conocidas y apreciadas, Ceps, Rossinyols o incluso algunos Rovellons en la alta montaña.

Ceps (Boletus pinophilus)

Rossinyols (Cantharellus cibarius)

Rovelló (Lactarius deliciosus)




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