¿Él o yo?
En mi pueblo había “un tonto” que todo el mundo señalaba…
Siempre se reían de él y para continuar con la gracia, le mandaban hacer encargos que siempre realizaba sin rechistar, se trataba de hacerle hacer tonterías o cosas vanas… Pep (Se llamaba) ves al huerto de fulanito y te traes un par de cebollas… o, dile a la señora X que está muy gorda… Cuando regresaba habiendo cumplido el encargo, “como tonto” pedía cobrar el trabajo realizado. Todo el mundo que estaba involucrado en la broma… se reía a carcajadas, pero él siempre recibía un pequeño premio, toma cinco duros, o venga tomate una cerveza… Después él también se reía con su risa tonta y todos felices…
Un día después de tomar un par de cervezas invitadas… “los paganos” empezaron a preguntarle cosas al tonto: Oye, allí donde trabajas, (él trabajaba en una cantera) quién es el que va a buscar el agua con el botijo a la fuente, (ellos ya sabían que casi solo hacia eso) Él sonriente y orgulloso, dijo yo…
Los otros continuaron con la burla y riéndose le dijeron, que pasa Pep, que no sabes hacer nada más?… El se sonrió de nuevo y dijo, claro que sé hacer más cosas…
Los demás le preguntaron entonces: ¿Y porque no haces nada más?
Y él les respondió: Porque cuando llego, me paseo un rato por allí a ver lo que me mandan… Entonces el encargado me dice, venga Pep, ves a buscar agua a la fuente…
Después cojo el botijo, poco a poco voy camino de la fuente, cuando llego lleno el botijo y me estoy un buen rato allí tumbado a la fresca y cuando me parece, poco a poco vuelvo a la cantera… Para cuando llego, los demás ya han hecho casi todo el trabajo…
Supongo que los que estaban allí en aquel momento, recordaron aquel dicho que decía: “Soy el tonto de lugar… todos comen trabajando y yo sin trabajar”.
Es una historia real que se repite muchas veces… En mi pueblo siguieron llamándole tonto, pero muchos en su interior se preguntaron: ¿Él o yo?
Castellet 23/12/13
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