Miré de España, sus entrañas y los lazos que me unían, a la madre de las patrias. Desheredados y fríos se sintieron mis huesos y arruinados los sueños que enlazaban las culturas. Se fueron alzando sepulturas sobre la tierra fértil que fueron secando la hermosura del lenguaje compartido. Cordón umbilical de un mundo latino y plural. ¡Se suponía hermoso destino!
Y me fueron defraudando los viejos compañeros que “madurando” fueron sacrificando los sueños en pos de una supuesta mayoría, rompiéndose los lazos que nos unían. El interés general supuso la expulsión de cualquier ilusión de sentirse “Nación” ¡De una unidad compartida!
La dominación, nunca significará unidad y la falta de respeto a la pluralidad solo conlleva: ¡Desilusión! ¡Odio! ¡Resentimiento!
Y llorando… ¡Miré la España de este momento!
Castellet 12/01/11
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