Atrapado quedó en mi mente pequeño Jardín del Edén que tan solo mis ojos ven. Con un dulce verso silente yo te invito a vivirlo ¡Ven! Mis manos ahora valientes recorren todas tus vertientes y tú respondes, siempre amén. Este paraíso pequeño lleno de besos y caricias parecería solo un sueño que pudo hacernos las delicias… Mas, en las entrañas de este dueño yo bien sé ¡que vivo en tus caricias!
Castellet 09/01/11
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